San Ambrosio, Obispo, Doctor de la Iglesia (Memoria)

diciembre 7, 2012

Color: Blanco

Lecturas diarias:

Primera Opción

  • Primera Lectura

    Isaías 29:17-24

    17¿Acaso no falta sólo un poco, para que el Líbano se convierta en vergel, y el vergel se considere una selva? 18Oirán aquel día los sordos palabras de un libro, y desde la tiniebla y desde la oscuridad los ojos de los ciegos las verán, 19los pobres volverán a alegrarse en Yahveh, y los hombres más pobres en el Santo de Israel se recocijarán. 20Porque se habrán terminado los tiranos, se habrá acabado el hombre burlador, y serán exterminados todos los que desean el mal; 21los que declaran culpable a otro con su palabra, y tienden lazos al que juzga en la puerta, y desatienden al justo por una nonada. 22Por tanto, así dice Yahveh, Dios de la casa de Jacob, el que rescató a Abraham: «No se avergonzará en adelante Jacob, ni en adelante su rostro palidecerá; 23porque en viendo a sus hijos, las obras de mis manos, en medio de él, santificarán mi Nombre.» Santificarán al Santo de Jacob, y al Dios de Israel tendrán miedo. 24Los descarriados alcanzarán inteligencia, y los murmuradores aprenderán doctrina.

  • Salmo Responsorial

    Salmo 27:1, 4, 13-14

    1Yahveh es mi luz y mi salvación, ¿a quién he de temer? Yahveh, el refugio de mi vida, ¿por quién he de temblar? 4Una cosa he pedido a Yahveh, una cosa estoy buscando: morar en la Casa de Yahveh, todos los días de mi vida, para gustar la dulzura de Yahveh y cuidar de su Templo. 13¡Ay, si estuviera seguro de ver la bondad de Yahveh en la tierra de los vivos! 14Espera en Yahveh, ten valor y firme corazón, espera en Yahveh.

  • Evangelio

    Mateo 9:27-31

    27Cuando Jesús se iba de allí, al pasar le siguieron dos ciegos gritando: «¡Ten piedad de nosotros, Hijo de David!» 28Y al llegar a casa, se le acercaron los ciegos, y Jesús les dice: «¿Creéis que puedo hacer eso?» Dícenle: «Sí, Señor.» 29Entonces les tocó los ojos diciendo: «Hágase en vosotros según vuestra fe.» 30Y se abrieron sus ojos. Jesús les ordenó severamente: «¡Mirad que nadie lo sepa!» 31Pero ellos, en cuanto salieron, divulgaron su fama por toda aquella comarca.

Segunda Opción

  • Primera Lectura

    Efesios 3:8-12

    8A mí, el menor de todos los santos, me fue concedida esta gracia: la de anunciar a los gentiles la inescrutable riqueza de Cristo, 9y esclarecer cómo se ha dispensado el Misterio escondido desde siglos en Dios, Creador de todas las cosas, 10para que la multiforme sabiduría de Dios sea ahora manifestada a los Principados y a las Potestades en los cielos, mediante la Iglesia, 11conforme al previo designio eterno que realizó en Cristo Jesús, Señor nuestro, 12quien, mediante la fe en él, nos da valor para llegarnos confiadamente a Dios.

  • Salmo Responsorial

    Salmo 89:2-5, 21-22, 25, 27

    2El amor de Yahveh por siempre cantaré, de edad en edad anunciará mi boca tu lealtad. 3Pues tú dijiste: «Cimentado está el amor por siempre, asentada en los cielos mi lealtad. 4«Una alianza pacté con mi elegido, un juramento hice a mi siervo David: 5Para siempre jamás he fundado tu estirpe, de edad en edad he erigido tu trono.» 21«He encontrado a David mi servidor, con mi óleo santo le he ungido; 22mi mano será firme para él, y mi brazo le hará fuerte. 25«Mi lealtad y mi amor irán con él, por mi nombre se exaltará su frente; 27«El me invocará: ¡Tú, mi Padre, mi Dios y roca de mi salvación!

  • Evangelio

    Juan 10:11-16

    11Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas. 12Pero el asalariado, que no es pastor, a quien no pertenecen las ovejas, ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye, y el lobo hace presa en ellas y las dispersa, 13porque es asalariado y no le importan nada las ovejas. 14Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas y las mías me conocen a mí, 15como me conoce el Padre y yo conozco a mi Padre y doy mi vida por las ovejas. 16También tengo otras ovejas, que no son de este redil; también a ésas las tengo que conducir y escucharán mi voz; y habrá un solo rebaño, un solo pastor.