San Vicente de Paúl, Presbítero (Memoria)

septiembre 27, 2016

Color: Blanco

Lecturas diarias:

Primera Opción

  • Primera Lectura

    Job 3:1-3, 11-17, 20-23

    1Después de esto, abrió Job la boca y maldijo su día. 2Tomó Job la palabra y dijo: 3¡Perezca el día en que nací, y la noche que dijo: «Un varón ha sido concebido!» 11¿Por qué no morí cuando salí del seno, o no expiré al salir del vientre? 12¿Por qué me acogieron dos rodillas? ¿por qué hubo dos pechos para que mamara? 13Pues ahora descansaría tranquilo, dormiría ya en paz, 14con los reyes y los notables de la tierra, que se construyen soledades; 15o con los príncipes que poseen oro y llenan de plata sus moradas. 16O ni habría existido, como aborto ocultado, como los fetos que no vieron la luz. 17Allí acaba la agitación de los malvados, allí descansan los exhaustos. 20¿Para qué dar la luz a un desdichado, la vida a los que tienen amargada el alma, 21a los que ansían la muerte que no llega y excavan en su búsqueda más que por un tesoro, 22a los que se alegran ante el túmulo y exultan cuando alcanzan la tumba, 23a un hombre que ve cerrado su camino, y a quien Dios tiene cercado?

  • Salmo Responsorial

    Salmo 88:2-8

    2Yahveh, Dios de mi salvación, ante ti estoy clamando día y noche; 3llegue hasta tí mi súplica, presta oído a mi clamor. 4Porque mi alma de males está ahíta, y mi vida está al borde del seol; 5contado entre los que bajan a la fosa, soy como un hombre acabado: 6relegado entre los muertos, como los cadáveres que yacen en la tumba, aquellos de los que no te acuerdas más, que están arrancados de tu mano. 7Me has echado en lo profundo de la fosa, en las tinieblas, en los abismos; 8sobre mí pesa tu furor, con todas tus olas me hundes.

  • Evangelio

    Lucas 9:51-56

    51Sucedió que como se iban cumpliendo los días de su asunción, él se afirmó en su voluntad de ir a Jerusalén, 52y envió mensajeros delante de sí, que fueron y entraron en un pueblo de samaritanos para prepararle posada; 53pero no le recibieron porque tenía intención de ir a Jerusalén. 54Al verlo sus discípulos Santiago y Juan, dijeron: «Señor, ¿quieres que digamos que baje fuego del cielo y los consuma?» 55Pero volviéndose, les reprendió; 56y se fueron a otro pueblo.

Segunda Opción

  • Primera Lectura

    I Corintios 1:26-31

    26¡Mirad, hermanos, quiénes habéis sido llamados! No hay muchos sabios según la carne ni muchos poderosos ni muchos de la nobleza. 27Ha escogido Dios más bien lo necio del mundo para confundir a los sabios. Y ha escogido Dios lo débil del mundo, para confundir lo fuerte. 28Lo plebeyo y despreciable del mundo ha escogido Dios; lo que no es, para reducir a la nada lo que es. 29Para que ningún mortal se gloríe en la presencia de Dios. 30De él os viene que estéis en Cristo Jesús, al cual hizo Dios para nosotros sabiduría de origen divino, justicia, santificación y redención, 31a fin de que, como dice la Escritura: El que se gloríe, gloríese en el Señor.

  • Salmo Responsorial

    Salmo 112:1-9

    1¡Aleluya! ¡Dichoso el hombre que teme a Yahveh, que en sus mandamientos mucho se complace! 2Fuerte será en la tierra su estirpe, bendita la raza de los hombres rectos. 3Hacienda y riquezas en su casa, su justicia por siempre permanece. 4En las tinieblas brilla, como luz de los rectos, tierno, clemente y justo. 5Feliz el hombre que se apiada y presta, y arregla rectamente sus asuntos. 6No, no será conmovido jamás, en memoria eterna permanece el justo; 7no tiene que temer noticias malas, firme es su corazón, en Yahveh confiado. 8Seguro está su corazón, no teme: al fin desafiará a sus adversarios. 9Con largueza da a los pobres; su justicia por siempre permanece, su frente se levanta con honor.

  • Evangelio

    Mateo 9:35-38

    35Jesús recorría todas las ciudades y aldeas, enseñando en sus sinagogas, proclamando la Buena Nueva del Reino y sanando todo enfermedad y toda dolencia. 36Y al ver a la muchedumbre, sintió compasión de ella, porque estaban vejados y abatidos como ovejas que no tienen pastor. 37Entonces dice a sus discípulos: «La mies es mucha y los obreros pocos. 38Rogad, pues, al Dueño de la mies que envíe obreros a su mies.»