San Estanislao, Obispo, Mártir (Memoria)

abril 11, 2013

Color: Rojo

Lecturas diarias:

Primera Opción

  • Primera Lectura

    Hechos 5:27-33

    27Les trajeron, pues, y les presentaron en el Sanedrín. El Sumo Sacerdote les interrogó 28y les dijo: «Os prohibimos severamente enseñar en ese nombre, y sin embargo vosotros habéis llenado Jerusalén con vuestra doctrina y queréis hacer recaer sobre nosotros la sangre de ese hombre.» 29Pedro y los apóstoles contestarón: «Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres. 30El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús a quien vosotros disteis muerte colgándole de un madero. 31A éste le ha exaltado Dios con su diestra como Jefe y Salvador, para conceder a Israel la conversión y el perdón de los pecados. 32Nosotros somos testigos de estas cosas, y también el Espíritu Santo que ha dado Dios a los que le obedecen.» 33Ellos, al oír esto, se consumían de rabia y trataban de matarlos.

  • Salmo Responsorial

    Salmo 34:2, 9, 17-20

    2Bendeciré a Yahveh en todo tiempo, sin cesar en mi boca su alabanza; 9Gustad y ved qué bueno es Yahveh, dichoso el hombre que se cobija en él. 17el rostro de Yahveh contra los malhechores, para raer de la tierra su memoria. 18Cuando gritan aquéllos, Yahveh oye, y los libra de todas sus angustias; 19Yahveh está cerca de los que tienen roto el corazón. él salva a los espíritus hundidos. 20Muchas son las desgracias del justo, pero de todas le libera Yahveh;

  • Evangelio

    Juan 3:31-36

    31El que viene de arriba está por encima de todos: el que es de la tierra, es de la tierra y habla de la tierra. El que viene del cielo, 32da testimonio de lo que ha visto y oído, y su testimonio nadie lo acepta. 33El que acepta su testimonio certifica que Dios es veraz. 34Porque aquel a quien Dios ha enviado habla las palabras de Dios, porque da el Espíritu sin medida. 35El Padre ama al Hijo y ha puesto todo en su mano. 36El que cree en el Hijo tiene vida eterna; el que rehúsa creer en el Hijo, no verá la vida, sino que la cólera de Dios permanece sobre él.»

Segunda Opción

  • Primera Lectura

    Apocalipsis 12:10-12

    10Oí entonces una fuerte voz que decía en el cielo: «Ahora ya ha llegado la salvación, el poder y el reinado de nuestro Dios y la potestad de su Cristo, porque ha sido arrojado el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba día y noche delante de nuestro Dios. 11Ellos lo vencieron gracias a la sangre del Cordero y a la palabra de testimonio que dieron, porque despreciaron su vida ante la muerte. 12Por eso, regocijaos, cielos y los que en ellos habitáis. ¡Ay de la tierra y del mar! porque el Diablo ha bajado donde vosotros con gran furor, sabiendo que le queda poco tiempo.»

  • Salmo Responsorial

    Salmo 34:2-9

    2Bendeciré a Yahveh en todo tiempo, sin cesar en mi boca su alabanza; 3en Yahveh mi alma se gloría, ¡óiganlo los humildes y se alegren! 4Engrandeced conmigo a Yahveh, ensalcemos su nombre todos juntos. 5He buscado a Yahveh, y me ha respondido: me ha librado de todos mis temores. 6Los que miran hacia él, refulgirán: no habrá sonrojo en su semblante. 7Cuando el pobre grita, Yahveh oye, y le salva de todas sus angustias. 8Acampa el ángel de Yahveh en torno a los que le temen y los libra. 9Gustad y ved qué bueno es Yahveh, dichoso el hombre que se cobija en él.

  • Evangelio

    Juan 17:11-19

    11Yo ya no estoy en el mundo, pero ellos sí están en el mundo, y yo voy a ti. Padre santo, cuida en tu nombre a los que me has dado, para que sean uno como nosotros. 12Cuando estaba yo con ellos, yo cuidaba en tu nombre a los que me habías dado. He velado por ellos y ninguno se ha perdido, salvo el hijo de perdición, para que se cumpliera la Escritura. 13Pero ahora voy a ti, y digo estas cosas en el mundo para que tengan en sí mismos mi alegría colmada. 14Yo les he dado tu Palabra, y el mundo los ha odiado, porque no son del mundo, como yo no soy del mundo. 15No te pido que los retires del mundo, sino que los guardes del Maligno. 16Ellos no son del mundo, como yo no soy del mundo. 17Santifícalos en la verdad: tu Palabra es verdad. 18Como tú me has enviado al mundo, yo también los he enviado al mundo. 19Y por ellos me santifico a mí mismo, para que ellos también sean santificados en la verdad.