Beato Junípero Serra, OFM, Presbítero (Memoria Libre)

julio 1, 2014

Color: Blanco

Lecturas diarias:

  • Primera Lectura

    Amós 3:1-8; 4:11-12

    3 1Escuchad esta palabra que dice Yahveh contra vosotros, hijos de Israel, contra toda la familia que yo hice subir del país de Egipto: 2Solamente a vosotros conocí de todas las familias de la tierra; por eso yo os visitaré por todas vuestras culpas. 3Caminan acaso dos juntos, sin haberse encontrado? 4¿Ruge el león en la selva sin que haya presa para él? ¿Lanza el leoncillo su voz desde su cubil, si no ha atrapado algo? 5¿Cae un pájaro a tierra en el lazo, sin que haya una trampa para él? ¿Se alza del suelo el lazo sin haber hecho presa? 6¿Suena el cuerno en una ciudad sin que el pueblo se estremezca? ¿Cae en una ciudad el infortunio sin que Yahveh lo haya causado? 7No, no hace nada el Señor Yahveh sin revelar su secreto a sus siervos los profetas. 8Ruge el león, ¿quién no temerá? Habla el Señor Yahveh, ¿quién no profetizará? 4 11Os he trastornado como Dios trastornó a Sodoma y Gomorra, habéis quedado como un tizón salvado de un incendio; ¡y no habéis vuelto a mí!, oráculo de Yahveh. 12Por eso, así voy a hacer contigo, Israel, y porque esto voy a hacerte, prepárate, Israel, a afrontar a tu Dios.

  • Salmo Responsorial

    Salmo 5:4-8

    4Yahveh; ya de mañana oyes mi voz; de mañana te presento mi súplica, y me quedo a la espera. 5Pues no eres tú un Dios que se complace en la impiedad, no es huésped tuyo el malo. 6No, los arrogantes no resisten delante de tus ojos. Detestas a todos los agentes de mal, 7pierdes a los mentirosos; al hombre sanguinario y fraudulento le abomina Yahveh. 8Mas yo, por la abundancia de tu amor, entro en tu Casa; en tu santo Templo me prosterno, lleno de tu temor.

  • Evangelio

    Mateo 8:23-27

    23Subió a la barca y sus discípulos le siguieron. 24De pronto se levantó en el mar una tempestad tan grande que la barca quedaba tapada por las olas; pero él estaba dormido. 25Acercándose ellos le despertaron diciendo: «¡Señor, sálvanos, que perecemos!» 26Díceles: «¿Por qué tenéis miedo, hombres de poca fe?» Entonces se levantó, increpó a los vientos y al mar, y sobrevino una gran bonanza. 27Y aquellos hombres, maravillados, decían: «¿Quién es éste, que hasta los vientos y el mar le obedecen?»