XVII Domingo Ordinario

julio 26, 2020

Color: Verde

Lecturas diarias:

  • Primera Lectura

    I Reyes 3:5, 7-12

    5En Gabaón Yahveh se apareció a Salomón en sueños por la noche. Dijo Dios: «Pídeme lo que quieras que te dé.» 7Ahora Yahveh mi Dios, tú has hecho rey a tu siervo en lugar de David mi padre, pero yo soy un niño pequeño que no sabe salir ni entrar. 8Tu siervo está en medio del pueblo que has elegido, pueblo numeroso que no se puede contar ni numerar por su muchedumbre. 9Concede, pues, a tu siervo, un corazón que entienda para juzgar a tu pueblo, para discernir entre el bien y el mal, pues ¿quién será capaz de juzgar a este pueblo tuyo tan grande?» 10Plugo a los ojos del Señor esta súplica de Salomón, 11y le dijo Dios: «Porque has pedido esto y, en vez de pedir para ti larga vida, riquezas, o la muerte de tus enemigos, has pedido discernimiento para saber juzgar, 12cumplo tu ruego y te doy un corazón sabio e inteligente como no lo hubo antes de ti ni lo habrá después.

  • Salmo Responsorial

    Salmo 119:57, 72, 76-77, 127-130

    57Mi porción, Yahveh, he dicho, es guardar tus palabras. 72Un bien para mí la ley de tu boca, más que miles de oro y plata. 76Sea tu amor consuelo para mí, según tu promesa a tu servidor. 77Me alcancen tus ternuras y viviré, porque tu ley es mi delicia. 127Por eso amo yo tus mandamientos más que el oro, más que el oro fino. 128Por eso me guío por todas tus ordenanzas y odio toda senda de mentira. 129Maravillas son tus dictámenes, por eso mi alma los guarda. 130Al abrirse, tus palabras iluminan dando inteligencia a los sencillos.

  • Segunda Lectura

    Romanos 8:28-30

    28Por lo demas, sabemos que en todas las cosas interviene Dios para bien de los que le aman; de aquellos que han sido llamados según su designio. 29Pues a los que de antemano conoció, también los predestinó a reproducir la imagen de su Hijo, para que fuera él el primogenito entre muchos hermanos; 30y a los que predestinó, a ésos también los justificó; a los que justificó, a ésos también los glorificó.

  • Evangelio

    Mateo 13:44-52

    44«El Reino de los Cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo que, al encontrarlo un hombre, vuelve a esconderlo y, por la alegría que le da, va, vende todo lo que tiene y compra el campo aquel.» 45«También es semejante el Reino de los Cielos a un mercader que anda buscando perlas finas, 46y que, al encontrar una perla de gran valor, va, vende todo lo que tiene y la compra. 47«También es semejante el Reino de los Cielos a una red que se echa en el mar y recoge peces de todas clases; 48y cuando está llena, la sacan a la orilla, se sientan, y recogen en cestos los buenos y tiran los malos. 49Así sucederá al fin del mundo: saldrán los ángeles, separarán a los malos de entre los justos 50y los echarán en el horno de fuego; allí será el llanto y el rechinar de dientes. 51«¿Habéis entendido todo esto?» Dícenle: «Sí.» 52Y él les dijo: «Así, todo escriba que se ha hecho discípulo del Reino de los Cielos es semejante al dueño de una casa que saca de sus arcas lo nuevo y lo viejo.»

    OR

    Mateo 13:44-46

    44«El Reino de los Cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo que, al encontrarlo un hombre, vuelve a esconderlo y, por la alegría que le da, va, vende todo lo que tiene y compra el campo aquel.» 45«También es semejante el Reino de los Cielos a un mercader que anda buscando perlas finas, 46y que, al encontrar una perla de gran valor, va, vende todo lo que tiene y la compra.