FRANCISCO JAVIER

Nacimiento: Nació en Santiago el 5 de septiembre de 1933, en un hogar profundamente cristiano. Sus padres, el ingeniero Pedro Errázuriz y la vicepresidenta de una organización dedicada a la restauración del Santuario Votivo de Maipú, Marta Ossa, lo formaron en la fe junto a sus cinco hermanos.

Educación: Cursó sus estudios secundarios en el Liceo Alemán de los padres del Verbo Divino y posteriormente estudió en la escuela de Ingeniería de la Universidad Católica, donde obtuvo un bachillerato en Matemáticas, en 1953. Antes de terminar el bachillerato, en 1952, ingresó a la generación fundadora del Movimiento de Schoenstatt en Santiago, descubriendo poco después su vocación religiosa. En esas circunstancias, fue compañero de Mario Hiriart, un destacado católico chileno.

Sacerdocio: El 16 de julio de 1961 fue ordenado sacerdote por Mons. Manuel Larraín, primer presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM). Un año después, estudió Filosofía y Teología en la Universidad de Friburgo, Suiza. De regreso en Chile, trabajó durante dos años con los jóvenes del Movimiento de Schoenstatt y en 1965, cuando el Papa Paulo VI aprobó la fundación del Instituto Secular de Schoenstatt, fue su primer responsable en Chile y luego en España y Ecuador. En 1971 pasó a integrar el Consejo General de su Instituto, en Alemania, y en 1974 asumió como superior general, ocupando ese cargo por casi 16 años.

Episcopado: En 1990 como Arzobispo Secretario para la Congregación de Vida Consagrada y Apostólica. En septiembre de 1996, el Papa Juan Pablo II lo nombró arzobispo-obispo de Valparaíso en reemplazo del ahora Cardenal Jorge Medina, Prefecto emérito de la Congregación para el Culto Divino y los Sacramentos. El 24 de abril de 1998, el Santo Padre lo nombró Arzobispo de Santiago. Gran canciller de la Pontificia Universidad Católica de Chile, 1998. Elegido presidente de la Conferencia Episcopal de Chile por tres años, 20 de noviembre de 1998; reelegido el 16 de noviembre de 2001. Elegido primer vice-presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), 13 de mayo de 1999. Asistió a la XI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, Ciudad del Vaticano, 2 al 23 de octubre de 2005.

Cardenalato: Creado cardenal presbítero en el Consistorio del 21 de febrero del 2001; recibió esa misma fecha la birreta roja y el título de Santa María de la Paz. Asistió a la X Asamblea Ordinaria del Sínodo Mundial de los Obispos, en la Ciudad del Vaticano, del 30 de septiembre al 27 de octubre de 2001. Miembro de la Academia de las Ciencias Social, Política y Moral del Instituto de Chile, 19 de diciembre de 2002. Elegido presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), para el período 2003-2007, el 16 de mayo de 2003. Participó en el cónclave del 18 al 19 de abril de 2005.

En la Curia Romana es miembro de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica, de los Pontificios Consejo para la Familia y la Cultura y de la Pontificia Comisión para América Latina (CAL).

Información adicional: En octubre de 1962 tiene un largo encuentro personal con el Padre José Kentenich, fundador de Shöenstatt, cuya paternidad espiritual siempre apreció como un don de Dios.

Conocido como uno de los chilenos que trabajó más cerca de Juan Pablo II por su labor en el Vaticano como Secretario de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica, miembro de la Congregación para América Latina y de los Consejos Pontificios para los Laicos, los Inmigrantes e Itinerantes, y los Operadores Sanitarios. Además, fue consultor de la Congregación para la Doctrina de la Fe.

Según un análisis del diario La Época de Santiago, los mensajes del Cardenal Errázuriz siempre han estado marcados por la reconciliación, la paz y el consenso. Así, en 1990, al ser designado secretario de una de congregación vaticana, se refirió a la realidad chilena valorando los esfuerzos del gobierno de Patricio Aylwin por la reconciliación. "Es muy importante un camino a la reconciliación que busca la verdad, pero que está dispuesto a perdonar", expresó, agregando que "hay heridas que sólo cicatrizan y sanan con perdón y generosidad".